martes, 13 de agosto de 2013

Parque Morazan

El Parque Morazán construído en 1887 era donde se celebraban las fiestas de Año Nuevo a finales del siglo XIX y se hacían las retretas musicales.
Por esto en 1920 se decidió invertir en la construcción del Templo de la Música, el cuál tiene una acústica casi perfecta. 
El templo lo usaron para dar discursos políticos e incluso sirvió para el intercambio de poderes. Hoy en día aquí se presenta desde la Orquesta Sinfónica Nacional hasta grupos de música contemporánea.

El templo de la música es un duplicado del Templo del amor y la música en Versailles. Su diseño es neoclásico, conceptualizado por el arquitecto y pintor José Francisco Salazar,  quien también diseñó el Club Unión, la Escuela de Derecho de la UCR y la Farmacia de la antigua Universidad.


Escuela Metalica

Muy cerca del Parque Francisco Morazán en San José, entre las avenidas 3 y 7, se ubica la Escuela Metálica, un edificio histórico y emblemático del siglo pasado  que representa no solo la belleza arquitectónica y el buen gusto en las edificaciones de antaño, sino también el progreso y revolución educativa presentada en nuestro país a los albores después de la Independencia.
De estructura metálica, lo cual dio origen a su popular nombre, el diseño de este edificio de hierro se inspiró en la Torre Eiffel, construida en 1889 por el Ing. Gustavo Eiffel y constituyó el primer edificio metálico en Centroamérica. En la última mitad del siglo XIX, Costa Rica decide construir un edificio educativo moderno y bajo la influencia de la Revolución Industrial, en el año 1891 decide adquirir un edificio de hierro y metal y se colocaría en terrenos ubicados de manera estratégica entre los barrios burgueses de la capital y muy cerca de la Estación Ferroviaria al Atlántico y la Avenida de las Damas.
La obra fue contratada al Arq. Charles Thirion de la Empresa Forges d´ Aiseau ubicada en Bélgica, la que tuvo a su cargo el diseño y la elaboración de la parte estructural, lo cual sucedió entre 1890 y 1892.  Este edificio tuvo un costo aproximado de 340.000 francos en aquella época y se destacaba por tener dos niveles.
Como parte de las historias que giran alrededor de esta obra están el origen del material para la construcción de la estructura de estilo neoclásico con algunos elementos barrocos.  Se menciona que parte de las piezas de metal fueron producto de la fundición de los desechos de los cañones usados por Napoleón Bonaparte en la Batalla de Waterloo. El ensamblaje del edificio fue concluido en 1896 y albergó la Escuela Buenaventura Corrales que atendía por separado a niñas y niños de la capital. 
La creación de este centro educativo fue por obra del educador don Buenaventura Corrales, quien durante la administración del Presidente Rafael Iglesias entre 1894 y 1902,  dedicó sus esfuerzos para la construcción de un centro educativo que reuniera las Escuelas Graduadas, un sistema educativo innovador para nuestro país en aquella época, que comprendía la distribución de los  y las estudiantes en los grados, de acuerdo a la edad y al conocimiento en tres niveles de instrucción: elemental, medio y superior.  Se plantearon también  dos modalidades para la escuela o educación;  una llamada "completa" -que comprendía seis niveles- y la otra, denominada "incompleta", y que ofrecía cuatro niveles.  Esta innovación educativa merecía un edificio de la misma altura.
En el año 1980 fue declarado Monumento Nacional de interés histórico y arquitectónico. La fachada del edificio es simétrica, elegante y bella arquitectónicamente hablando, donde se ubica Minerva, la diosa de la Sabiduría.  Resaltan los detalles ornamentales de estilo neoclásico y espacio interior es amplio, con salones que destacan por sus columnas y arcos.   
En el centro de su fachada, se siguió el modelo griego de rotular los edificios para su identificación, donde se indica el nombre del edificio y el año en que fue construido.    A lo interno se sigue el modelo típico colonial, en el cual se observa un anillo alrededor de un patio central. Los pasillos que rodean el patio central se encuentran conformados por columnas sencillas adosadas con paneles que forman arcos.  Las escaleras y barandas se caracterizan por su ornamentación y el piso es de ladrillo y madera.
La corrosión es uno de los principales enemigos de esta estructura, razón por la cual tuvo que ser restaurada cuidadosamente para evitar mayor deterioro.  En febrero del 2011 concluyó la restauración efectuada por el Ministerio de Educación Pública (MEP), con el apoyo del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) que incluyó la reconstrucción de 30 columnas y gran parte de la fachada del edificio lo cual representó más de 800 millones de colones invertidos

Biblioteca Nacional

Establecimiento de importancia , fuente de cultura, honra de Costa Rica, eso es la Biblioteca Nacional.
En cinco salones, muy decentes, hay veintiuna estanterías y en ellas más de ocho mil obras. Están divididas por secciones, las de derecho, de filosofía, de historia, de literatura, de matemáticas. El orden más perfecto reina ahí.
El salón de lectura de obras nada deja que desear. Hay en el treinta pupitres muy cómodos y adecuados para tomar notas.

PLAZA DE LA CULTURA

Al desaparecer “la retreta” como actividad musical del Parque Central y la actividad religiosa de la catedral josefina perdiendo arraigo urbano, la Plaza de la Cultura se ha convertido en lugar vital, con valores simbólicos poderosos, los cuales le han dado el carácter de corazón de la cuidad, desplazando el centro histórico de San José.
La Plaza de la Cultura es un espacio urbano ubicado en el distrito de Catedral, en el centro de San José, capital de Costa Rica. Bajo la Plaza está el Museo de Oro Precolombino, Museo Numismático y la mayor colección de arte plástico nacional. Se une con la Plaza Juan Mora Fernández, para formar el vestíbulo urbano del Teatro Nacional y el Gran Hotel Costa Rica.

HISTORIA

Nace en 1973 el proyecto Plaza de la Cultura, luego de ser declarado Monumento Nacional el edificio del Teatro Nacional y declarada de interés público la zona aledaña. En 1975 el Banco Central de Costa Rica se hizo cargo del financiamiento y la ejecución del proyecto.
Entre 1977 y 1982, se edificó el espacio donde hoy se encuentran los Museos del Banco Central y la Plaza de la Cultura. El diseño original estuvo a cargo de los arquitectos costarricenses Jorge Bertheau, Jorge Borbón y Edgar Vargas. Los objetivos del proyecto fueron: devolverle alTeatro Nacional su importancia cultural y arquitectónica, entregar al pueblo costarricense el legado de sus antepasados indígenas con la exhibición del Museo del Oro Precolombino, ofrecer a los transeúntes de la capital un lugar para su disfrute y esparcimiento. Aún siendo un edificio subterráneo, se le considera uno de los más emblemáticos de la arquitectura costarricense.
Durante 1996 y 1997 la plaza se benefició de una importante remodelación a cargo del arquitecto costarricense Ibo Bonilla, mediante la cual se corrigieron problemas de infiltración pluvial, deterioro mecánico y eléctrico, ocasión aprovechada para darle una escala acorde a las nuevas demandas urbanas, así como recuperar elementos claves del diseño original, pero cambiando su estilo arquitectónico internacional ya pasado de moda, devenido en gris, ajeno a la idiosincrásica y en evidente contraste con el Teatro Nacional construido en 1890 con estilo clásico palaciego.
Los nuevos colores de la plaza inspirados en tonos de arcillas y colores naturales propios del trópico, usados en el arte precolombino le aportaron un marco simbólico más coherente, permitiendo dibujar y perfilar los diferentes subespacios, atendiendo los nuevos usos, generados por la dinámica de la implantación de la misma plaza, los bulevares y nuevo perfil comercial. Ha tenido especial impacto la sustitución de plantas decorativas internacionales por otras autóctonas y/o arraigo locales, incluyendo matas de café, banano, caña de azúcar y cacao, íntimamente vinculadas a la cultura costarricense, su economía y su paisaje, puestas allí en el mismo centro cultural y comercial de la capital. Acompañan una abundante colección de plantas de coloridas floración, identificadas con el trópico como: aves del paraíso, heliconias, musas, bromelias, amapolas y platanillas, así como árboles nativos de floración estacional como roble sabana, achiote y jacarandas.

Descripción

La Plaza es un área abierta de 45 x 80 metros que cuenta con una fuente - lucernario, zonas verdes y varios niveles a modo de terrazas acordes a la topografía del terreno. Se integra al costado oeste con la Plaza Juan Mora Fernández, los bulevares de la Avenida Central y calle tres. En el sector este incluye el acceso a los museos y galerías, ubicados en tres niveles subterráneos, de los cuales la plaza sirve de techo.
El Museo del Oro Precolombino, conformó su colección entre 1950 y 1974, y el 15 de setiembre de 1985 se reinaugura, en esta nueva sede, el Museo del Oro Precolombino Álvaro Vargas Echeverría. Ocupa dos niveles y alberga un acervo de más de 4.400 objetos precolombinos. Dado que la exhibición se hacía en urnas convencionales, el 14 de setiembre del año 2002 se reinaugura con una nueva exhibición, donde se aplican los nuevos conceptos, multimedia y tecnologías museísticos para presentar las colecciones debidamente contextualizadas. La dirección técnica de estas obras estuvo a cargo del arquitecto y escultor Ibo Bonilla.
El Museo Numismático, en 1990, con motivo de la celebración del cuadragésimo aniversario del Banco Central, abre sus puertas el Museo, que se designa con el nombre de Jaime Solera Bennett. Presenta un muy completa exhibición de la historia de los usos monetarios y de intercambio en Costa Rica, abarcando desde tiempos pre coloniales hasta nuestros días.
Las cinco galerías con que cuenta, tienen exposiciones permanentes e itinerantes, basadas en el mayor acervo nacional de pintura, escultura y otras expresiones de la plástica nacional.

Simbolismo

Al abrirse el espacio del costado norte del Teatro Nacional, sirviendo la plaza como vestibulación urbana, se expone francamente el edificio del teatro como ícono de la cultura costarricense, complementándose con la exposición permanente del arte precolombino, en particular su oro, que en principio da origen al nombre del país, apoyada por el mayor acopio de arte plástico contemporáneo y la mayor colección numismática costarricense.
Posiciona el arte como centro o eje de la vida cotidiana y lo pone en contexto mostrando su historia y vegetación de alto contenido simbólico de la cultura y economía que lo produjo.

Impacto urbano

Este conjunto arquitectónico está enmarcado dentro del objetivo gubernamental de complementar un centro cívico, que en recorrido peatonal de 800 metros conectara el Parque Nacional, Biblioteca Nacional, Asamblea Legislativa, Casa Presidencial, Museo Nacional, Plaza de la Justicia, Plaza de la Democracia, Centro Nacional de Arte y Cultura, Parque Morazán, Parque España, Instituto Nacional de Seguros, Museo de Jade Precolombino, Banco Central de Costa Rica, Parque Central, Caja Costarricense de Seguro Social, Plaza de las Garantías Sociales, Teatro Nacional y Plaza de la Cultura con sus Museos como eje gravitacional urbano y cultural.
La plaza y su cambio de polaridad impulsó la creación de la peatonización como bulevar a la Avenida Central como referente simbólico a esta icónica arteria urbana, revitalizando los usos comerciales del sector y facilitando la priorización del peatón en el centro.

Referencias

 

Página Oficial Museos del Banco Central: Historia

·         Periódico La Nación: Plaza de la Cultura celebra 25 años como hito josefino
·         Bonilla, Ibo (1997). «Nuevo aire para la Plaza de la Cultura». Construcción: Revista Oficial de la Cámara Costarricense de la Construcción 2(18). p. 8.