Al desaparecer “la retreta” como
actividad musical del Parque Central y la actividad religiosa de la catedral
josefina perdiendo arraigo urbano, la Plaza de la Cultura se ha convertido en
lugar vital, con valores simbólicos poderosos, los cuales le han dado el
carácter de corazón de la cuidad, desplazando el centro histórico de San José.
La Plaza de la Cultura es un espacio
urbano ubicado en el distrito de Catedral, en el centro de San José,
capital de Costa Rica. Bajo la Plaza está el Museo de Oro Precolombino,
Museo Numismático y la mayor colección de arte plástico nacional. Se une con la
Plaza Juan Mora Fernández, para formar el vestíbulo urbano del Teatro
Nacional y el Gran Hotel Costa Rica.
HISTORIA
Nace en
1973 el proyecto Plaza de la Cultura, luego de ser declarado Monumento Nacional
el edificio del Teatro Nacional y declarada de interés público la
zona aledaña. En 1975 el Banco Central de Costa Rica se hizo cargo
del financiamiento y la ejecución del proyecto.
Entre
1977 y 1982, se edificó el espacio donde hoy se encuentran los Museos del Banco
Central y la Plaza de la Cultura. El diseño original estuvo a cargo de los
arquitectos costarricenses Jorge Bertheau, Jorge Borbón y Edgar Vargas. Los
objetivos del proyecto fueron: devolverle alTeatro Nacional su importancia
cultural y arquitectónica, entregar al pueblo costarricense el legado de sus
antepasados indígenas con la exhibición del Museo del Oro Precolombino,
ofrecer a los transeúntes de la capital un lugar para su disfrute y
esparcimiento. Aún siendo un edificio subterráneo, se le considera uno de los
más emblemáticos de la arquitectura costarricense.
Durante
1996 y 1997 la plaza se benefició de una importante remodelación a cargo del arquitecto costarricense Ibo
Bonilla, mediante la cual se corrigieron problemas de infiltración pluvial,
deterioro mecánico y eléctrico, ocasión aprovechada para darle una escala
acorde a las nuevas demandas urbanas, así como recuperar elementos claves del
diseño original, pero cambiando su estilo arquitectónico internacional ya
pasado de moda, devenido en gris, ajeno a la idiosincrásica y en evidente
contraste con el Teatro Nacional construido en 1890 con estilo clásico
palaciego.
Los
nuevos colores de la plaza inspirados en tonos de arcillas y colores naturales
propios del trópico, usados en el arte precolombino le aportaron un marco
simbólico más coherente, permitiendo dibujar y perfilar los diferentes
subespacios, atendiendo los nuevos usos, generados por la dinámica de la
implantación de la misma plaza, los bulevares y nuevo perfil comercial. Ha tenido
especial impacto la sustitución de plantas decorativas internacionales por
otras autóctonas y/o arraigo locales, incluyendo matas de café, banano, caña de
azúcar y cacao, íntimamente vinculadas a la cultura costarricense, su economía
y su paisaje, puestas allí en el mismo centro cultural y comercial de la
capital. Acompañan una abundante colección de plantas de coloridas floración,
identificadas con el trópico como: aves del paraíso, heliconias, musas,
bromelias, amapolas y platanillas, así como árboles nativos de floración
estacional como roble sabana, achiote y jacarandas.
Descripción
La Plaza
es un área abierta de 45 x 80 metros que cuenta con una fuente - lucernario,
zonas verdes y varios niveles a modo de terrazas acordes a la topografía del
terreno. Se integra al costado oeste con la Plaza Juan Mora Fernández, los
bulevares de la Avenida Central y calle tres. En el sector este incluye el
acceso a los museos y galerías, ubicados en tres niveles subterráneos, de los
cuales la plaza sirve de techo.
El Museo
del Oro Precolombino, conformó su colección entre 1950 y 1974, y el 15 de
setiembre de 1985 se reinaugura, en esta nueva sede, el Museo del Oro
Precolombino Álvaro Vargas Echeverría. Ocupa dos niveles y alberga un acervo de
más de 4.400 objetos precolombinos. Dado que la exhibición se hacía en urnas
convencionales, el 14 de setiembre del año 2002 se reinaugura con una nueva
exhibición, donde se aplican los nuevos conceptos, multimedia y tecnologías
museísticos para presentar las colecciones debidamente contextualizadas. La
dirección técnica de estas obras estuvo a cargo del arquitecto y escultor Ibo
Bonilla.
El Museo Numismático,
en 1990, con motivo de la celebración del cuadragésimo aniversario del Banco
Central, abre sus puertas el Museo, que se designa con el nombre de Jaime
Solera Bennett. Presenta un muy completa exhibición de la historia de los usos
monetarios y de intercambio en Costa Rica, abarcando desde tiempos pre
coloniales hasta nuestros días.
Las cinco
galerías con que cuenta, tienen exposiciones permanentes e itinerantes, basadas
en el mayor acervo nacional de pintura, escultura y otras expresiones de la
plástica nacional.
Simbolismo
Al
abrirse el espacio del costado norte del Teatro Nacional, sirviendo la plaza
como vestibulación urbana, se expone francamente el edificio del teatro como
ícono de la cultura costarricense, complementándose con la exposición
permanente del arte precolombino, en particular su oro, que en principio da
origen al nombre del país, apoyada por el mayor acopio de arte plástico
contemporáneo y la mayor colección numismática costarricense.
Posiciona
el arte como centro o eje de la vida cotidiana y lo pone en contexto mostrando
su historia y vegetación de alto contenido simbólico de la cultura y economía
que lo produjo.
Impacto urbano
Este
conjunto arquitectónico está enmarcado dentro del objetivo gubernamental de
complementar un centro cívico, que en recorrido peatonal de 800 metros
conectara el Parque Nacional, Biblioteca Nacional, Asamblea Legislativa,
Casa Presidencial, Museo Nacional, Plaza de la Justicia, Plaza de la
Democracia, Centro Nacional de Arte y Cultura, Parque Morazán, Parque España, Instituto
Nacional de Seguros, Museo de Jade Precolombino, Banco Central de Costa
Rica, Parque Central, Caja Costarricense de Seguro Social, Plaza de las
Garantías Sociales, Teatro Nacional y Plaza de la Cultura con sus
Museos como eje gravitacional urbano y cultural.
La plaza
y su cambio de polaridad impulsó la creación de la peatonización como bulevar a
la Avenida Central como referente simbólico a esta icónica arteria urbana,
revitalizando los usos comerciales del sector y facilitando la priorización del
peatón en el centro.
Referencias
Página Oficial Museos del Banco Central: Historia
·
Periódico
La Nación: Plaza de la Cultura celebra 25 años como hito josefino
·
Bonilla,
Ibo (1997). «Nuevo aire para la Plaza de la Cultura». Construcción: Revista Oficial de la Cámara
Costarricense de la Construcción 2(18). p. 8.